viernes, 23 de febrero de 2018

Querer no siempre es poder

El otro día leímos un texto en clase sobre el cual se nos dieron tres opciones para realizar un ejercicio creativo, dos ensayísticas y una narrativa. Yo he escogido uno de los ensayos:
Una cosa es el querer y otra es el poder. A pesar del refrán que dice ``querer es poder´´ una persona puede querer hacer algo y desearlo con todas sus fuerzas y aún así no poder hacerlo.
Por ejemplo, en el texto vemos como el joven se empeña en subir la montaña con la princesa en brazos y sin beberse el brebaje, por mucho que quiere hacerlo, al final no lo consigue.
También en la vida real, dentro del ámbito amoroso una persona puede querer estar junto a otra, pero eso no significa que pueda, porque también interviene la decisión de la segunda persona.
O puedes querer un objeto material pero no poder tenerlo porque no tienes suficiente dinero.
Y esto funciona así en muchos aspectos de la vida. No todo el mundo tiene las mismas capacidades, y no me refiero solo a las intelectuales, también a las emocionales.
La frase ``querer es poder´´ puede ser incluso perjudicial para la salud mental de una persona, una cosa es que animemos a una persona al esfuerzo y a la lucha para conseguir cierto bienestar, y otra muy distinta que se le proponga un reto inalcanzable, que de no obtenerlo le puede frustrar y condicionarle negativamente. Las emociones positivas nos ayudan a vivir saludablemente, pero poseer esas emociones positivas no es solo un tema de actitud o de aprendizaje. Es también una cuestión biológica, y por tanto, ajena al control de nuestra voluntad.

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