El otro día leímos un texto en clase sobre el cual se nos dieron tres opciones para realizar un ejercicio creativo, dos ensayísticas y una narrativa. Yo he escogido uno de los ensayos:
Una cosa es el querer y otra es el poder. A pesar del refrán que dice ``querer es poder´´ una persona puede querer hacer algo y desearlo con todas sus fuerzas y aún así no poder hacerlo.
Por ejemplo, en el texto vemos como el joven se empeña en subir la montaña con la princesa en brazos y sin beberse el brebaje, por mucho que quiere hacerlo, al final no lo consigue.
También en la vida real, dentro del ámbito amoroso una persona puede querer estar junto a otra, pero eso no significa que pueda, porque también interviene la decisión de la segunda persona.
O puedes querer un objeto material pero no poder tenerlo porque no tienes suficiente dinero.
Y esto funciona así en muchos aspectos de la vida. No todo el mundo tiene las mismas capacidades, y no me refiero solo a las intelectuales, también a las emocionales.
La frase ``querer es poder´´ puede ser incluso perjudicial para la salud mental de una persona, una cosa es que animemos a una persona al esfuerzo y a la lucha para conseguir cierto bienestar, y otra muy distinta que se le proponga un reto inalcanzable, que de no obtenerlo le puede frustrar y condicionarle negativamente. Las emociones positivas nos ayudan a vivir saludablemente, pero poseer esas emociones positivas no es solo un tema de actitud o de aprendizaje. Es también una cuestión biológica, y por tanto, ajena al control de nuestra voluntad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario