En clase de literatura universal leímos un fragmento de la novela ``Frankenstein´´ de Mary Shelley.
Tras la lectura la profesora propuso varias opciones para realizar una actividad sobre el fragmento anteriormente leído. Yo elegí la opción creativa, que consistía en escribir un texto narrativo sobre una persona que experimente acoso o maltrato y a raíz de ello desarrolle un comportamiento violento.
Miguel, nuestro protagonista, era un chico de doce años como otro cualquiera, o casi, desde que nació tenía una malformación en la cara, una especie de sarpullido abultado en la parte izquierda de la cara.
Tras la lectura la profesora propuso varias opciones para realizar una actividad sobre el fragmento anteriormente leído. Yo elegí la opción creativa, que consistía en escribir un texto narrativo sobre una persona que experimente acoso o maltrato y a raíz de ello desarrolle un comportamiento violento.
Miguel, nuestro protagonista, era un chico de doce años como otro cualquiera, o casi, desde que nació tenía una malformación en la cara, una especie de sarpullido abultado en la parte izquierda de la cara.
Debido a esto, tuvo problemas para relacionarse desde bien pequeño, aunque poco a poco fue adquiriendo una mayor inclusión social y fue formando su estrecho círculo de amigos.
Había un problema, el mayor rechazo venía por parte de sus padres, los cuales nunca le habían llegado a aceptar tal y como era.
Esto provocó que con el paso de los años, mientras Miguel crecía y maduraba, se fue dando cuenta de que el rechazo y odio que sus padres sentían hacia él era completamente irracional e injustificado. Por tanto, en su casa la tensión iba en aumento hasta que llegó el día en que Miguel no pudo soportar más dicha actitud de sus padres hacia él.
Esa misma noche decidió coger un cuchillo y acabar silenciosa y fríamente con la vida de sus progenitores, los degolló sin compasión alguna. Lo hizo repleto de rabia y rencor, que se fueron consumiendo hasta convertirse en llanto y arrepentimiento,
A pesar de que estaba roto por dentro, en sus citaciones en el juzgado trataba de mostrarse frío y despreocupado, había creado sobre sí mismo una coraza que nadie jamás lograría romper.
Miguel nunca volvió a ser el mismo niño introvertido y risueño.
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